La historia de los chiles en nogada se remonta a 1714, cuando unas religiosas crearon un platillo conocido como “Chiles rellenos bañados en salsa de nuez”, pero fue en 1821 que los prepararon tal y como ahora los conocemos, más información en el sitio Noticias yahoo:

¿A quién no le gusta darle un toque picosito a su comida? Imagínense morder un taco, de lo que se les antoje, y que la salsa no escurra. ¡Ay no se a ustedes pero a mí ya se me antojó uno de pastor! La verdad es que el chile es un elemento fundamental de nuestra gastronomía, que aunque a veces se nos prohíba por aquello de la gastritis, siempre terminará apareciendo en la mesa.

¿Cuántos tipos de chile conocen? El serrano, cuaresmeño, chipotle, guajillo, de árbol, morita, habanero, manzano, piquín y el poblano. Éste último es uno de mis favoritos pues contiene poca capsaicina, eso que hace que los pimientos sean tan picantes como para generar una sensación de ardor insoportable en la boca, razón por la cual en algunas regiones del Bajío le llaman ‘chile joto'.

El que no sea tan picante y su forma que asemeja a un corazón permiten sea utilizado en un sinfín de platillos, el más importante sin duda, los chiles en nogada.

Aún recuerdo la primera vez que los probé, tenía como 10 años, estaba pasando el verano con mis abuelos en y me llevaron a una comilona de una señora en que cada año preparaba más de 200. Era todo un suceso, pero en aquel momento no lo entendía, lo que implicaba preparar tal cantidad de chiles con la receta original de las monjas agustinas recoletas del Convento de Santa Mónica era algo para agradecer y admirar. ¡Qué qué! ¿Una madrecitas, con todo respeto, habían inventado tal platillo? Bueno al menos eso es lo que cuenta la historia oficial.

Ellas crearon en el año de 1714 un platillo conocido como “Chiles rellenos bañados en salsa de nuez”, pero fue en 1821 que los prepararon tal y como ahora los conocemos. Se dice que cuando el Ejército Insurgente, comandado por Agustín de Iturbide, había ganado ya la guerra de Independencia y se dirigía a Córdova, Veracruz, las monjas se enteraron que el caudillo pasaría por Puebla justo el día de su santo (el 28 de agosto). Por ello quisieron alagarlo con un guiso que recordara los colores de la bandera del Ejército Trigarante: verde, blanco y rojo.

Es muy interesante conocer acerca de las diferentes historias del , cada una de ellas involucra una especie de elemento divino, un manjar que nos vino del cielo y que solo se nos ofrece durante una corta temporada cada año.

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