La ciudad de Puebla es reconocida porque aún conserva muchos rincones de arquitectura colonial, porque su gente es siempre amable y conservan con gran orgullo muchas de sus ancestrales tradiciones, pero también es una entidad que se caracteriza por su gran variedad gastronómica. Si pensamos en puebla, de inmediato se nos viene a la mente el mole poblano y los chiles en nogada, pero recorriendo sus calles también nos encontraremos con muchos lugares que ofrecen una gran variedad de antojitos, ya sea de día o de noche, en un gran restaurante o en el zaguán de la esquina.
Comenzamos este recorrido con las cemitas, uno de los antojitos clásicos de Puebla ya que existen desde finales del siglo XIX y son de los antojitos predilectos de los turistas. Muy parecidas a las tortas, aunque el pan es hecho a base de trigo, con cubierta de ajonjolí y hoja de pápalo, la cemita más común es la de milanesa con queso.
Qué decir de las pelonas, hechas a base de pan de trigo redondo que se fríe bien y después se rellena de frijoles, carne deshebrada, lechuga, queso, crema y salsa.
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También recorriendo las calles de la bella Puebla encontramos con las memelas, tortillas hechas a mano cocidas sobre comal. Muy parecidas a los sopes, se acompañan con salsa roja o verde, queso añejo y cebolla picada finamente. Se pueden encontrar diferentes memelas, como las gorditas o las pellizcadas, también existen las light para la gente que no gusta del consumo de la manteca con la que se cuecen. Tampoco hay que olvidar las clásicas quesadillas, que regularmente en Puebla pueden ser de tlalitos (chicharrón), champiñones acompañadas de rajas y flor de calabaza.
Otro antojito típico de la región son los tlacoyos, que aunque ya se hacen en diferentes presentaciones, los clásicos son a base de maíz azul. Vienen en forma de ovalo y rellenos de frijoles o habas refritos. Generalmente se fríen en manteca y se acompañan con crema, salsa, cebolla picada y queso añejo.
No pueden faltar los molotes, son una clase de quesadillas fritas, aunque erróneamente en muchos estados del norte del país se les conoce como «quesadillas estilo DF». Claro que su principal diferencia es la masa, que una vez frita en manteca se les baña en salsa y crema. Como cualquier quesadilla, puede venir rellena de queso, tinga, sesos, rajas, champiñones, etcétera.
El antojito poblano por excelencia son las chalupas, se trata de tortillas pequeñitas hechas a base de maíz que se bañan en manteca quemada, un poco de salsa y apenas la cantidad necesaria de carne de puerco deshebrada y cebolla.
Así que si visitas Puebla es mejor que prepares el estómago porque seguramente querrás probar más de un antojito poblano de la gran variedad que existen al recorrer sus calles y te dejarán tan buen sabor de boca que también gritarás satisfecho: ¡Qué chula es Puebla!
Fuente: Angelópolis
