Muchas historias se escuchan del volcan popocatepetl e iztaccihuatl, pero si alguien te dijera que existe un volcán en tu colonia y que aparte puedes visitar su interior ¿Qué pensarías?. Porque aunque no muchos no lo sabían realmente los poblanos gozan de una belleza natural inmensa en una Puebla Colonial, el volcán Cuexcomate que se dice ser el más pequeño del mundo.

Empecemos conociendo la leyenda que se cuenta sobre este peculiar atractivo, ella se remota en aquellos tiempos en que el hombre hacia sacrificios para buscar el bien y la sabiduría de sus pueblos.

La Leyenda del Volcan del Cuexcomate, una Historia de Entrega, Amor y Sacrificio

La costumbre es el gran velo que nos impide apreciar el verdadero valor de las cosas que nos rodean.

Cada día tomamos la misma ruta hacia el trabajo, cada día hacemos las mismas cosas, saludamos a las mismas personas, nos preocupan los mismos problemas y de esta forma se traduce la vida de muchos y en mi caso esto no era la excepción.

Ni aún mi hermosa podía hacer la diferencia, para mí todos los días eran exactamente iguales, y en mi ruta diaria, mientras caminaba por la colonia La Libertad a unos minutos del , sin darme cuenta siempre pasaba enfrente del volcán más pequeño del mundo, el cual irónicamente estaba en mi ruta, en mi  colonia y en mi propia ciudad.

Nunca tuve tiempo para detenerme un momento y descubrirlo, hasta que alguien me distrajo por unos minutos de mi interminable rutina y me platicó la historia de este volcán, una historia que cambió mi percepción de la vida y la cual te relataré a continuación.

Hace algunos siglos, y como lo hacían todas las noches, los sacerdotes de los grandes templos se encontraban observando el cielo y pudieron apreciar que el volcán Popocatépetl despertaba después de 100 años de sueño.

En ese momento, el coloso empezó a arrojar fuego y cenizas acompañado de aterrorizantes tronidos que hicieron que el pueblo se llenara de miedo.

En aquellos tiempos los humanos eran sacrificados para mantener la armonía entre los dioses y el pueblo.

Cuando los sacerdotes vieron como la ciudad se cubría de cenizas, concluyeron  que la gran madre tierra estaba enojada con ellos y que los estaba castigando arrojando fuego.

Nadie sabía qué hacer, solamente podían fijar su mirada en el más viejo y sabio de todos los sacerdotes, pero para sorpresa de todos, él permanecía callado, con los ojos cerrados y en trance, como esperando una clase de revelación divina que trajera paz a la atormentada ciudad.

Todos quedaron en silencio esperando su respuesta, sufrieron de minutos interminables hasta que el anciano por fin abrió sus ojos y entonces todos le escucharon decir una sola palabra: Neuti.

Esto significaba que todos debían mantenerse unidos y en calma para poder pensar en la forma en la que podían tranquilizar a la montaña, Neuti también indicaba otra cosa, que el problema no era de una sola persona sino de toda la comunidad.

Los sacerdotes decidieron realizar sacrificios humanos para tratar de calmar la ira del volcán, escogieron un gran número de jóvenes para ser arrojados dentro de la gran montaña con fuego, pero estos sacrificios no funcionaron, el fuego y las cenizas continuaban devorando las cosechas y las casas a su paso, debido a esto, los sacerdotes sabían que a pesar de todos sus esfuerzos la madre tierra seguía enojada.

Debido a la actividad del Popocatépetl, la situación de la población era muy grave, y debido a la destrucción y a la falta de alimento los habitantes comenzaron a enviarles a los sacerdotes mensajes de protesta y de rebelión, y los guardias del palacio eran incapaces de mantener la cordura en las personas.

En ese momento se escuchó un fuerte tronido en el cielo y una columna de agua hirviendo se elevó a corta distancia de una de las pirámides de la ciudad, esto congeló los ánimos de las personas y un misterio más se añadió a los sacerdotes y a los habitantes, los cuales se pusieron a clamar a sus dioses con más intensidad.

Poco después de este suceso pronto llegaron los mensajes con la noticia del nacimiento de una “montaña” que estaba lanzando agua hirviendo con olor a muerte (azufre).

Todo el pueblo y los sacerdotes, corrieron a ver el nuevo prodigio ya que pensaban que esto era el tan esperado mensaje de la madre tierra, pero al ver por todo el camino las casas destruidas, se dieron cuenta de que la gente de las cercanías había huido por el miedo, esto les hizo pensar que las malas noticias iban a continuar.

Cuando por fin llegaron, vieron que un pequeño volcán había nacido y los sacerdotes pensaron que esto era obra de los dioses, que seguían molestos y que para calmarlos era necesario el sacrificio de una persona de la dinastía real.

Todos llegaron a la conclusión de que el sacrifico que exigían los dioses era el de la hija del sumo sacerdote, éste hombre, con dolor de su corazón, le informó al pueblo que para calmar la ira de la madre tierra y para no perder más vidas, su hermosa hija, Ameyaltzin, (que significa pequeño manantial) sería sacrificada y lanzada al nuevo volcán.

Así que la joven doncella, fue ataviada con un hermoso peinado y maquillada con colores vivos, vestiduras floreadas, ricos aromas, joyas de oro, plata y jade, una vez arreglada le dieron a beber un licor que aturdió sus sentidos y fue transportada por cuatro esclavos rumbo al lugar del sacrificio.

El camino era muy difícil, ya que dicho volcán arrojaba grandes cantidades de barro y agua hirviendo, dicen que estos chorros alcanzaban los 5 metros de altura y las grandes cantidades de barro en el suelo les impedían acercarse.

Debido a esto le llamaron al volcán “Cuexcomate” del náhuatl “Cuexcómatl”, que significa “Olla de Barro”.

Ameyaltzin no podía mantenerse en pie y mucho menos cambiar su destino, así que cuando llegaron, un sacerdote extrajo una daga ceremonial y de un solo tajo cortó el cuello de Ameyaltzin, la cual murió rápidamente, los esclavos la cargaron para subirla y entregarla al inframundo, aprovechando que el chorro de agua había disminuido.

A lo lejos, el gran sacerdote, con sus ojos llenos de lágrimas, vio el final de su adorada hija, de su pequeño manantial del cual bebía alegría y paz cada mañana, en ese momento el agua del volcán dejo de salir, pero las lágrimas del gobernante no se detuvieron, dicen que lloro sin parar hasta que llegó a la ciudad, donde murió en la entrada de su casa, para encontrarse de nueva cuenta con su pequeño manantial.

Los habitantes vieron con alegría que el sacrificio real había funcionado al ver que el fuego del Popocatépetl se calmó, pero no vieron el dolor de las familias que perdieron a sus hijos dentro del volcán, ni el dolor de un hombre, que por sus hermanos, entregó lo que más amaba, aun sabiendo que eso a él, también le costaría la vida.

Cuando escuché esta historia entendí que yo no era muy diferente, a veces solo pienso en mí y en las cosas que necesito, sin valorar el sacrificio que hacen otras personas, ahora cada vez que puedo, hago una pausa en mi rutina diaria y visito el interior del volcán, disfruto su hermoso nacimiento de agua que forma una cascada y que aumenta o disminuye dependiendo del estado del volcán Popocatépetl, y sobre todo agradezco que las autoridades de mi ciudad nos permitan hacer algo que pocos en el mundo pueden, conocer el interior de un volcán.

Algunas veces recuerdo a Ameyaltzin, a su papá y a quienes murieron en su interior por el bien de los demás.

Recuerdo que no debo ser egoísta y que debo seguir su ejemplo de entrega y de amor por el prójimo y tengo que valorar vivir cerca del volcán más pequeño del mundo… en la hermosa ciudad de Puebla, Mé.

Datos de Interés

Esta maravilla de la naturaleza, se encuentra actualmente en la colonia La libertad a 15 minutos del zócalo de la capital Poblana, donde alberga este peculiar atractivo que incluso está en la lista de los Record Guiness; conocido como el volcán más pequeño del mundo, teniendo las siguientes características:

  •    Elevación: 13 metros.
  •    Diámetro al nivel del suelo:  8 metros.
  •    Diámetro exterior de la base: 23 metros.
  •    Peso: Aproximadamente 200 toneladas.
  •    Metros sobre el nivel del mar: 2,150.
  •    Primera efusión de agua caliente: Año 1064.
  •    Última efusión conocida: Año 1662.

Actualmente se puede descender al interior del mismo, dentro del cual se encuentra un hermoso nacimiento de agua, que forma una cascada y que aumenta o disminuye en altura dependiendo del estado volcánico del volcán Popocatépetl, también se pueden apreciar pequeñas estalactitas y con un poco de imaginación ver las diferentes figuras que forman las rocas al interior del volcán.

Sin duda alguna si eres habitante de la Angelópolis no debes dejar de visitar el volcán Cuexcomate que representa una excelente opción para liberarse de la rutina diaria y entrar en contacto con la naturaleza. Aprovechar de la cercanía de este atractivo  porque es común que para visitar una belleza natural debes recorrer grandes distancias para que puedas admirar y disfrutar de una buena vista.

Además, la entrada al Cuexcomate es de tan solo $ 10.00 pesos y se encuentra abierto todos los días de la semana, y cuenta con servicio de un guía que te cuenta algunas anécdotas del lugar, mostrándote aquellas figuras que encantaran tus sentidos con un poco de Turismo de Aventura en Puebla.

Como Dato Curioso: ¿Sabías que puede tener beneficios entrar al volcán? y es que según especialistas comentan que visitar este atractivo turístico es una buena forma para liberar el estrés y el cansancio, de la vida cotidiana, debido a que esté cuenta con magnetismo proveniente del Popocatépetl que se conjuga con el sonido del brote de agua, logrando una relajación plena.

Fuente: Angelópolis

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